Peeling purificante y regenerador que elimina las imperfecciones y purifica la piel, afina los poros obstruidos y dilatados, equilibra el exceso de brillos y la secreción sebácea. Mejora y previene los signos de la edad atenuando el microrrelieve cutáneo.
MODO DE USO:
Distribuir con un hisopo en forma uniforme, dejar actuar de 3 a 10 minutos de acuerdo con las características de la piel y tolerancia del paciente. Enjuagar.
Compuesto natural obtenido de las semillas del anís estrellado.Sus características únicas lo convierten en una opción ideal para el tratamiento de pieles mixtas, grasas y con tendencia acneica. Este ácido posee propiedades exfoliantes, antioxidantes y antimicrobianas que ofrecen una serie de beneficios para la piel.
Exfoliación Suave: El Ácido Shikímico actúa como un exfoliante suave, eliminando las células muertas de la piel y promoviendo la regeneración celular.
Acción Antioxidante: Gracias a su capacidad para neutralizar los radicales libres, el Ácido Shikímico ayuda a proteger la piel del daño causado por factores ambientales como la contaminación y la radiación UV, contribuyendo a prevenir el envejecimiento prematuro.
Tratamientos para el acné: El Ácido Shikímico es efectivo en el tratamiento del acné debido a su capacidad para controlar la producción de sebo y combatir las bacterias que lo causan, ayudando a reducir la inflamación y prevenir la formación de nuevas imperfecciones.
Mejora la hidratación y fortalece la barrera cutánea.
Derivado de la corteza del sauce. El ácido salicílico es un principio activo muy usado en cosmética por las muchas propiedades que tiene para la piel. Este producto destaca por su poder antibacteriano, por eso se usa para formular cosméticos para tratar el acné, caspa, callos o verrugas. ¿Por qué está recomendado el ácido salicílico para el acné? Porque ayuda a eliminar las células muertas, evita que se taponen los poros y salgan nuevos granitos. Podrás ver una amplia gama de productos con ácido salicílico: cremas, sérums, jabones, mascarillas, peelings caseros, champús
Se extrae de la remolacha, de las uvas, de la caña de azúcar
Se trata de un AHA (Alfa Hidróxido Ácido) de síntesis a partir de frutas y azúcares. Muy soluble en agua y de cadena molecular pequeña, es capaz de penetrar con rapidez en la piel. Actúa como un agente exfoliante extremadamente efectivo por su alta acidez y su fácil solubilidad. Disuelve enlaces entre las células muertas y la capa de células sanas acelerando su eliminación y facilitando el ciclo natural de renovación de las células de la piel. Es decir: el ácido glicólico es capaz de deshacer lo que mantiene la piel muerta agarrada a la piel sana. El ácido glicólico es muy eficaz para reducir arrugas, líneas de expresión, estrías, cicatrices, acné e imperfecciones de la piel, como melasmas, o manchas solares.
Este ácido se encuentra, por supuesto, en los cítricos: naranjas, limones, pomelos, tomates... y también se puede extraer de la fermentación del azúcar. Aunque es un ácido no pienses que actúa totalmente como un exfoliante, ya que su efecto es menos abrasivo. Eso sí: evidentemente es muy bueno a la hora de actuar en las células y su disposición. Como el ácido láctico, posee propiedades sobre el PH de la piel regulando y manteniendo la hidratación y la elasticidad gracias al efecto de la vitamina C sobre la producción de colágeno.
Como ya te podrás imaginar y que ya habrás oído, el ácido cítrico es antioxidante y ayuda a quitar manchas de la piel gracias a la vitamina C. La oxidación es una de las principales causas del envejecimiento facial. Y como ya os avanzábamos, el ácido cítrico ayuda tanto a limpiar los poros como a mantenerlos cerrados para que no haya impurezas visibles, por lo que se aconseja también para pieles grasas y con tendencia acneica, y no sólo para cremas antiage