Este extracto se obtiene a partir de las flores de Malva sylvestris. La Malva ejerce una apreciable actividad reguladora de la pérdida transepidérmica de agua (TEWL). Esto se debe, principalmente, al contenido en mucílagos de sus flores. Los mucílagos son higroscópicos, es decir, son capaces de adsorber y retener agua mejorando notablemente la capacidad biomecánica de la capa superficial de la piel a la que le aportan flexibilidad y facilitan su descamación. También pueden influir sobre los lípidos que ejercen la función de barrera del estrato córneo. Por todo ello, el extracto de flores de malva es especialmente recomendable a la hora de formular productos cosméticos con acción hidratante, emoliente y calmante. Contiene además compuestos fenólicos y flavonoides. El extracto de malva se recomienda para pieles sensibles. Debido a su contenido en polisacáridos es un agente emoliente y calmante. Los polifenoles le dan propiedades antioxidantes.

Este aceite proviene de las semillas de color negro del saúco. Tiene propiedades antiinflamatorias y calmantes y es ideal para el tratamiento de la neurodermatitis y la piel sensible. Además, fortalece la piel y estabiliza la capa lipídica de la piel para dejarla suave y lisa. Este aceite es muy ligero y no graso y conveniente para la piel grasa. También la piel seca se beneficia de sus propiedades vigorizantes y regeneradoras.

La salvia (Salvia officinalis L.) es un arbusto aromático originario de la Europa meridional y pertenece a la familia de las Lamiaceae. Su nombre proviene del latín salvare (salvar/sanar) por las propiedades que se le atribuyen. En cosmética, la salvia suele usarse en desodorantes o dentífricos sobretodo por su acción anti-microbiana. Su aceite esencial es especialmente eficaz contra las bacterias y los hongos. La acción antiviral es debida, en parte, a los diterpenos. Además, posee gran actividad antioxidante y antiinflamatoria gracias al carnosol y al ácido rosmarínico. En cosmética se utiliza esta planta para tratar inflamaciones cutáneas leves y como antitranspirante (para la hiperhidrosis).

Esta planta medicinal de la familia de las asteráceas se encuentra principalmente en Asia central y occidental y Europa central. Su aceite esencial tiene propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes. Estimula el metabolismo de la piel y regenera el tejido. La manzanilla no tiene ningún potencial alergénico y el bisabolol contenido en ella promueve que sustancias activas puedan penetrar en la piel. Está especialmente indicada para tratar la piel con dermatitis y eccemas. Así mismo, equilibria la piel grasa.

La hierba de San Juan o Hypericum perforatum es una planta perteneciente a la familia de las Hypericaceae. Una planta de flores de intenso color amarillo-naranja y cuyas hojas son fuente de beneficios y propiedades medicinales. Se puede encontrar, en particular, en zonas de hasta 1.600 metros sobre el nivel del mar. Es conocida especialmente por sus efectos farmacológicos. Se recomienda precaución, ya que el pigmento rojo contenido aumenta la fotosensibilidad de la piel. Se utiliza por sus efectos antiinflamatorios y antibacterianos. Puede ser utilizado para curar las heridas y los eccemas y la dermatitis. También la piel impura y dañada por el sol se beneficiará de sus efectos.

El aloe vera posee un acción cicatrizante de heridas, antiinflamatoria, inmunomoduladora y antiviral, antirritante, refrescante, etc. La cicatrización de heridas se debe fundamentalmente a una estimulación directa de la actividad de macrófagos y fibroblastos. “Estos últimos promueven un incremento de la síntesis de colágeno y proteoglicanos y como consecuencia, se favorece la reparación del tejido dañado”. El gel fresco de aloe utilizado por vía tópica ha mostrado una eficacia superior a la de otros tratamientos convencionales incluso en quemaduras térmicas. El aloe vera posee también posee propiedades hidratantes y emolientes. Contiene vitaminas A, B1, B2, B6, C, E, ácido fólico y minerales incluyendo calcio, cobre, selenio, zinc, cromo, magnesio, sodio, hierro, potasio y manganeso.